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martes, 21 de junio de 2016

CORTA LA ONDA

 Largas amistades, quebradas. Familias separadas. Matrimonios llenos de rencor. Problemas laborales. Convivencia vecinal, difícil. Iglesias divididas.Todo eso es resultado del chisme, de la calumnia y estoy segura que algo de eso te ha tocado ver o vivir: cómo el chisme impacta de manera tan decisiva la vida de todo el mundo. Es como las ondas que surgen, después de tirar una piedra en un agua tranquila.. puedes ver donde comienzan, pero no alcanzas a ver dónde terminan.
Y es que el lenguaje. que nos fue dado por Dios como fuente de bendición, en manos de personas pecadoras, caídas - o sea,todos nosotros - se vuelve en una dolorosa manera de derribar vidas, relaciones, ministerios.
Foto de Vestida de Su gracia.El chisme es un pecado, porque atenta en contra de otro ser humano, creación divina, que casualmente, es mi prójimo, y ya sabes lo que dijo Cristo; que amemos a Dios con todo nuestro ser, mente y fuerzas... y a nuestro prójimo como a nosotras mismas. Y uno pensaría que las mujeres cristianas, salvadas y redimidas y confesas de que Cristo es nuestro Dios, estamos totalmente conscientes que chismear, calumniar, no es algo que debamos hacer. Eso es lo que enseña la carta a Tito.
"De manera similar, enseña a las mujeres mayores a vivir de una manera que honre a Dios. No deben calumniar a nadie ni emborracharse.[a] En cambio, deberían enseñarles a otros lo que es bueno." Tito 2:3
Pero es dolorosamente sorprendente, que muchas de las conversaciones de mujeres cristianas, son chisme puro. No me malentiendas. No pretendo decir que para evitar el chisme, no hables con nadie. Es cierto, que "en las muchas palabras no falta el pecado" Proverbios 10:19a ...pero
"el que refrena sus labios es prudente" Proverbios 10:19b. No es algo que no podamos evitar. Podemos elegir no hacerlo, no participar.
Dice la Biblia que Dios creó al mundo con Su palabra. Dijo y fue hecho (Génesis 1, léelo). Entonces Su palabra, es creadora. Da vida. Produce para bien.. y si yo y tú estamos hechas a la imagen y semejanza de Dios, entonces.. ¿cómo deberían de ser nuestras palabras?
Lo que hablamos, importa y mucho. Pero recordemos que lo que pensamos sale -lo quieras o no, tarde o temprano- en lo que decimos. De la abundancia del corazón habla la boca. Entonces habría que regresar mil y una veces, a lo que dice Filipenses 4:8
"Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza"
Así que cuando llegue esa persona, esa hermana con una jugosa noticia de última hora sobre la desventura de alguien, ruego a Dios que traiga a tu memoria este verso. Cambia la palabra "pensar" por hablar.
No formes parte del círculo venenoso del chisme. No te hagas cómplice de estar hablando sobre otros, inventando sobre otros, aumentando pecados en la vida de otros.¿Te gustaría que tú, y no esa pobre persona, fuera el tema de discusión? Seguramente no...
Y si así has hecho, si has chismeado, calumniado, arrepiéntete. Rápidamente. Sinceramente. Porque la palabra en original para nombrar a los chismosos y calumniadores, es diábolos. Diablo. Y obviamente, alude a Satanás.. ¿a semejanza de quién estás viviendo?
¿Has sido víctima de chisme?¿Te han calumniado ante todo el mundo? No quiero ni pretendo menospreciar tu dolor... pero pon los ojos en la cruz. Ahí nuestro Señor Jesús, el Único y Justo varón, sufrió injustamente la mentira que sobre Él dijeron.
Pon los ojos en la cruz, una y otra vez, en Cristo que es nuestro gran ejemplo, y corta la onda del chisme. No permitas que avance.
"El que habla, que hable conforme a las palabras de Dios; el que sirve, que lo haga por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén. "
Con nuestras palabras , podemos dar gloria y honra al nombre de Dios, al nombre de Cristo. El Espíritu que ya vive en nosotras, nos ayude.
Corta la onda.
¡Bendiciones!
C

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