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martes, 21 de junio de 2016

¿ACOSTUMBRADA O APASIONADA?



Te sucede con todo: desde la comida hasta tu familia. Lo que puede ser - y es- un milagro, lo vemos como un hábito un tanto fastidioso, rutinario, aburrido.
A veces mi mente bosteza y bosteza de aburrimiento, de indiferencia.. ¿ te sucede ? Y es que de repente, amaneces y a todo el mundo le dio por tornarse gris, difícil, sin interés, sin chispa y te preguntas.. ¿Qué les pasó?
La respuesta está en el espejo: No son ellos, soy yo.
Soy yo mirando a los demás sin revisar mi vida. Soy yo, que avanzo sutilmente en indiferencia hacia todo, como consecuencia natural de una apatía mayor: he caminado lejos de la base, lejos de la cruz, lejos de Cristo. Como Pedro, he seguido la cruz desde atrás, escondida.
"Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos." Lucas 22:54
Se que no sólo a mi ha llegado ese tiempo, donde parezco muy acostumbrada, habituada a la Salvación . Donde olvido de dónde - pónle el emoticón de horror aquí- me rescató Cristo, o tengo una visión bastante romántica y alejada de mi vida pasada.
Se que no soy sólo yo... porque la vida cristiana la vivimos humanos imperfectos, falibles y tentables, y que con cierta frecuencia perdemos la sintonía del Espiritu Santo.. porque nos alejamos de la cruz.
La seguimos de lejos, como una rutina buena, pero sin pasión. Con una fe acostumbrada a recitar versos, decir aleluyas y amenes y gloria a Dios sin razonar bien a bien que el Autor de Salvación, Cristo Jesús, entregó su vida por amor.
Su amor le costó muerte, humillación, separación de Su glorioso Padre... ¿y yo estoy acostumbrada a eso?.. ¿Habituada a nombrar a Cristo como mi Rey.. pero viviendo en MI soberanía?
No, querida.. Es necesario arrepentirse. Es necesaria la pasión. Mi respuesta, tu respuesta a Cristo - porque créeme, aún la apatía es respuesta- debe de ser en un amor como Él amó: sacrificialmente, totalmente, apasionadamente. Un amor al Señor Jesús que tenga a mi corazón en constante anhelo, en contínua expectación por Él , añorando Su regreso, recordando Sus palabras, ensanchando mi Espiritu con el fuego de Su palabra.
Llevándonos más allá de nuestra cómoda costumbre, y despertando nuestra alma del letargo del pecado, de la tibieza de la indiferencia , pidiéndole al mismo Jesús, que renueve nuestro amor por Él, Dios Santo, Justo y Poderoso, temible,pero Fiel y es Su voz la que me llama:
"Mi Amado habló, y me dijo:
Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven. " Cantares 2:10
Me recuerda que le pertenezco. Me llama a levantarme de mi ego, y acudir a Él. Su palabra me da vida, me llena de gozo Su presencia..
Cantares 2:8 ¡La voz de mi Amado! He aquí él viene.
Regresará en victoria. Regresará a reclamar lo suyo... !!Y somos suyas!!!!
" Cantares 7:10 Yo soy de mi Amado,
Y conmigo tiene su contentamiento. "
¿Qué más podría pedir?¿Qué aventura apasionante ha de llenarme del gozo de Cristo? Nada se compara, nada es igual, nada vale la pena sin Él.
Ora. Ora. Ora. Que el Espiritu Santo nos muestre siempre, esa convicción de necesitar a Jesús siempre, de nunca habituarnos a Su obra perfecta, planeada desde antes del tiempo, y jamás, jamás dejar de asombrarnos de Su incomparable Amor.
Bendiciones, querida.
C

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