Publicaciones recientes

miércoles, 27 de abril de 2016

APRENDIENDO A AMAR A MIS HIJOS.


Desde siempre, las mujeres hemos escuchado, leído, escrito y dicho que los hijos son una bendición. Son la alegría del hogar. La razón de la vida de la mujer. Lo más sagrado.

¿Pero en verdad lo sentimos así? ¿En verdad lo vivimos así?

No puedo hablar por tí. Pero sí puedo contarte que que yo,  por mucho tiempo, no  siempre pensé en mis hijos como motivo de bendición. Sumida en mi egoísmo, en privilegiar mis derechos y gustos, estos dulces niños, su vida en mis manos , resultaba pesado. Complicado. Es decir, siempre los he amado profundamente, pero a mí manera. Como yo creía. Como yo entendía.  Sólo fue hasta que el Señor Jesús cambió mi vida, que aprendí a amarlos como Él desea: sacrificial, fiel, servicialmente.

Y si eres mamá, sabes que el trabajo con ellos no se acaba. No importa que sean unos dulces bebés que lloran un rato sí y otro también, o unos niñitos pequeños que buscan seguridad en tí, o unos adolescentes casi adultos que de repente esquivan nuestros deseos maternales. Yo, por la gracia de Dios, ahora también pienso que son bendición. 

Y sin embargo, no dejo de ver las fallas que en el pasado tuve, y que impactan en mi relación con mis hijos. Quizá faltó presencia, quizá faltaron demostraciones de amor, quizá no pude - no supe- construír en ellos la confianza para venir a mí y platicar.  Y sé que si de repente ando en pendiente por alguno de mis tres hijos, sé que la culpa puede venir , y atormentar mi alma largo rato. Y eso no es de Dios. 

Por eso, si a tí te ha pasado como a mí, que la vida te llevó por caminos de maternidad un tanto errada, tengo algunas palabras de aliento para tu alma:

1. EL PASADO PERTENECE AL PASADO. ¿ Dañaste a tu hijo? ¿Que quedaste a deber en muchas áreas de la relación madre- hijo.? Quizá fuiste muy estricta. O muy permisiva. Cualquier pecado en contra de tu hijo - y de cualquiera- necesita una primera cosa: arrepentimiento. 

” Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra,”(Salmo 51: 4).
Es cierto. Pecamos contra alguien, pero la ofensa primera es para Dios. Ponte primero a cuentas con Él. Y sigue con tus peques. Estoy segura que si lo haces con corazón sincero, Dios abrirá caminos para una relación nueva. 


2.  DIOS YA PERDONÓ EN LA CRUZ DE SU HIJO.  Ahí en la cruz , Cristo invalidó todo pecado en nuestra contra, y nos perdonó, Todo. Hasta el no ser una gran madre. Si Dios no se acuerda de mi pecado, no me recrimina ni atormenta.. ¿por qué yo tendría que hacerlo?

"Yo les perdonaré su iniquidad y no me acordaré más de su pecado” (Hebreos 8:12).

3. CERO EXCURSIONES AL PASADO. Salvo para agradecer la fidelidad de Dios que nos ha cambiado. no regreses a esos tiempos. Del pasado se aprende, pero es inútil permanecer ahí. Si erraste con tus chicos, es importante reconocerlo para no caminar nuevamente ahí. . 
 “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. “(Isaías 43:18).

4.  DESPUÉS DE CRISTO. NADA ES IGUAL. Su Espíritu transforma. La Gracia inmerecida conquista mis debilidades, mis miedos, y me lleva a vivir confiada en lo que Él, Jesús, me ha mostrado: 

"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí." Gálatas 2:20

Ya no vive mi egoísmo. Sino Su generosidad. Ya no viven mis pasiones, sino Su Santo Espiritu que me lleva buscar agradarle. Cristo se entregó sin reservas. Cristo derriba mis reservas y argumentos.


5. SÉ UNA BUENA MADRE EMBAJADORA: AMA. Si algo anhela mi alma. es que mis hijos me recuerden como una madre, una mujer  que amó a Dios y que la ellos les amó incansablemente. Una mujer identificada con Su amor, como dice Juan 13:35

  "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros".


¿Cómo es el Amor de Dios? Ya bien sabes lo que dice 1 Corintios 13, El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;. no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.


Aprendamos a amar a nuestros hijos. El ministerio de la reconciliación nos ha sido dado. Cristo nos reconcilió con Dios y nos dió vida nueva y abundante. Si a la luz de la Escritura , has pecado contra tus hijos, no temas en acercarte y pedir perdón. Dios hace nuevas todas las cosas, todas las relaciones. Da corazones nuevos a relaciones deterioradas, e infunde nuevo aliento de vida, donde al parecer todo es muerte. Ora. Ora. No te canses de orar. 

 Dios abre caminos nuevos en el desierto familiar, y permite que el Agua viva de Jesús, satisfaga nuestra vida.  

C

No hay comentarios:

Publicar un comentario