TESTIMONIO DE MISERICORDIA

Junto con muchas mujeres del mundo, inicio un estudio en línea sobre el Salmo 119, organizado por el ministerio de Ama a Dios Grandemente. Y buscando en mi Biblia ese salmo -el más largo de todos, y el capítulo más extenso de la Escritura- me detuve a leer el salmo 118, y me ha conmovido muchísimo lo que ahí dice.

"Dad gracias al SEÑOR, porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia. " Salmo 118:1

¿Qué significa misericordia? Según el diccionario es Inclinación a la compasión hacia los sufrimientos o errores ajenos.
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¿Misericordia de Dios? Jesús. Él es la compasión de Dios, hecha hombre. Es el oído de Dios inclinado al clamor de pecado del ser humano, sufriendo sin Dios.

Por eso dice este salmo que Su misericordia es eterna. Porque desde antes, Jesús ya existía con el Padre y con el Espíritu. (Juan1:1-2)

"Digan ahora los que temen al SEÑOR:
Para siempre es su misericordia.
En medio de mi angustia invoqué al SEÑOR;
el SEÑOR me respondió y me puso en un lugar espacioso.
El SEÑOR está a mi favor; no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre? El SEÑOR está por mí entre los que me ayudan;
por tanto, miraré triunfante sobre los que me aborrecen. “118:2-7

Si eres hija de Dios, seguramente has andado en pruebas y sabes que en medio de todo el caos posible, de toda desesperación, nuestro Dios responde. Su Santo Espíritu es mi Ayudador, dirigiendo mi alma a confiar en Dios, y no tener miedo de lo porvenir, como la mujer de Proverbios 31.

Sabes también que las personas fallamos. Y somos consuelo limitado para otros y los decepcionamos, con o sin intención. Busquemos el verdadero refugio para el alma angustiada:

"Es mejor refugiarse en el SEÑOR
que confiar en el hombre.
Es mejor refugiarse en el SEÑOR
que confiar en príncipes. “v: 8-9

El Señor de la creación, que regula las grandezas de la naturaleza, que con poder determina tiempos y vidas, también se ocupa de la pequeña vida de cada uno de sus hijos y le da a cada quien lo que necesita. Y a veces, necesitamos corrección:

"El SEÑOR me ha reprendido severamente,
pero no me ha entregado a la muerte. " v18

La escritura nos habla que la disciplina de Dios, no nos es agradable, y en ocasiones sentimos desfallecer cuando en Su perfecta Justicia y amor, vivimos consecuencias de nuestro pecado. Somos reprendidas severamente, dolorosamente. Pero no nos deja desfallecer ahí... Porque todo tiene un propósito divino. Todo, absolutamente todo lo que llega a nuestra vida, es oportunidad para ser conformados cada vez más como Jesús.

La soberanía de Dios es incomprensible para nosotros. Lo que El hace, no siempre lo entendemos en el momento. Pero después de nuestra rebelión inicial ante el dolor y el sufrimiento, el Espíritu Santo nos convence de nuestro pecado, nos muestra que por Jesús hemos sido hechas nuevas y justas delante del Padre, y nos recuerda que tenemos un futuro eterno junto a Dios, en el juicio final.

¿No es un gran motivo para alegrarse y dar gracias?

"Abridme las puertas de la justicia;
entraré por ellas y daré gracias al SEÑOR.
Esta es la puerta del SEÑOR;
los justos entrarán por ella.
Te daré gracias porque me has respondido,
y has sido mi salvación. “v. 19-21

Dios respondió a nuestro pecado, en misericordia, y en Jesús. Bendito Sea Dios, porque para siempre es Su misericordia.