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domingo, 17 de mayo de 2015

DIAGNÓSTICO SIN FALLAS.

Muchos vehículos hoy en día, cuando presentan algún fallo, deben de someterse al scanner que pueda determinar el origen y la razón del problema. El mecánico conecta al motor del vehículo, ese pequeño aparato que en cuestión de minutos, lanza códigos de las áreas para reparar y a los que, se debe prestar atención si se quiere regresar al buen funcionamiento del coche. Cambiar las piezas necesarias, limpiar las que lo requieren, y toda esa onda del cambio de aceite que poco entiendo, pero que acepto como necesaria.
Supongo que ya intuyes por dónde va el asunto del día. Y si no, te explico.  No te estoy llamando objeto, pero supongamos por un minuto que nuestra vida se asemeja a la de los vehículos. Que tenemos una bella y cuidada carrocería, pero que andamos por ahí, circulando, corcoveando a veces, con la marcha espiritual  fuera de tiempo, con  nuestro motor de oración  bombeando pensamientos y emociones contaminadas, que a fin de cuentas, acaban por obstruir  nuestro corazón, y nos hace parar. Inservibles, de momento. Detenidas, de momento. Con las fallas evidentes. Con los demás esquivándonos, sin detenerse en ayudar y sí, comentando toda nuestra visible calamidad.  ¿Te ha pasado?
Sin duda a mí sí. Han sido tiempos donde puedo sentir que soy algo así como una bomba de tiempo, dispuesta – y deseosa – de colapsar en cualquier momento, a menos que el Espíritu Santo me ayude a recordar este,  uno de mis versos predilectos, tal vez de los primeros que logré memorizar:

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12

Sabes, no hay mejor escáner, no hay mejor diagnóstico que la palabra de Dios. A veces buscamos el consejo o el dictamen de alguien que precise y nombre lo que nos sucede en ese momento, en esas circunstancias. Pero aquí leo, que lo que el Espíritu Santo inspiró a los 66 escritores, no es letra muerta.
Está viva, por cuanto procede de  Dios,  pertenece a Dios y  Jesús el Resucitado,  el Verbo Encarnado: 
Y aquel VERBO fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. “ Juan 1:14

La palabra de Dios es poderosa, y ella misma se explica a sí misma. Es un mensaje activo, valioso, competente, que dirige acciones. 

.”  Has dado a los que te temen bandera que alcen por causa de la verdad. Selah” Salmo 60:4
Y así como nos manda mostrar la Verdad a otros, la palabra de Dios se aplica a nuestra vida como si fuera un scanner. Cuando nos exponemos a ella, el Espíritu Santo exhibe nuestra propia condición, nuestro estado espiritual, nuestro pecado. Más allá de andar sermoneando a otros y dando opinión personal sobre el problema que viven, debemos de preguntarnos ¿qué dice Dios? ¿Qué dice Su palabra? M as allá de mis palabras, está la palabra de mi Dios. Esa es la que cuenta.

“Guarda y escucha todas estas Palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre. “ Deut 12:28

Lo que El desea para nuestra vida, nos fue dado para conocerlo y vivirlo: “Porque muy cerca de ti está la PALABRA, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. Deut 30:14

La Biblia nos enseña a buscar al Único que puede sanarnos y llevarnos al arrepentimiento y vida nueva.
Y tu corazón se conmovió, y te humillaste delante de Dios al oír sus Palabras sobre este lugar y sobre sus moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová.” 2 Crónicas 34:27

Y por esa vida nueva, vivir agradecidos, reconocer Su amor por nosotros, y la fidelidad de Dios, a cumplir la promesa de un Cordero Perfecto.
En Dios alabaré su PALABRA; En Jehová su PALABRA alabaré. Salmo 56:10
para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” Gálatas 3:14
Si hoy vives una situación complicada, un problema, un pecado persistente, amiga querida te invito a presentarte ante Dios, Biblia en mano, para recibir el diagnóstico de falla, la solución del problema y la forma de sostenerte en pie cuando las cosas duelen. Gracias a Dios por la provisión que nos dejó en Su palabra... ¿No crees?
Bendiciones!
C



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