Publicaciones recientes

miércoles, 2 de diciembre de 2015






Creo que no soy la única persona de este pecador mundo a la que le sucede. Pero hay días y veces donde mi tiempo devocional, mi momento de oración, se torna bastante light. Es decir, llego a mi encuentro con el Señor, de prisa, casi casi por rutina, obligación o imposición, corriendo. 
De prisa alabo, de prisa me arrepiento, de prisa pido (y re-pido) y de prisa me voy.
¿Te pasa?
Y creo que cuando eso sucede, estamos muy lejos reconocer- con certeza, con respeto-, que el Señor es Digno de alabanza, honra, adoración , que El, es  Santo, Santo , Santo, y dado Quién es El  acercarnos con reverencia, con delicadeza, como decía una querida compañera de oración e intercesión.
El Antiguo Testamento nos da en Levítico 10 1-4, un testimonio de esto:

"Pero Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario y, poniendo en ellos fuego e incienso, ofrecieron ante el Señor un fuego que no tenían por qué ofrecer, pues él no se lo había mandado. Entonces salió de la presencia del Señor un fuego que los consumió, y murieron ante él. Moisés le dijo a Aarón: «De esto hablaba el Señor cuando dijo:
»“Entre los que se acercan a mí
manifestaré mi *santidad,
y ante todo el pueblo
manifestaré mi gloria.” »
Y Aarón guardó silencio."

Yo también guardaría silencio. ¿Qué podría decirle al Señor? ¿Qué puedo decirle cuando me acerco a El sin la reverencia que merece? ¿Cuándo hago lo que quiero y no lo que El pide? Esta porción que cito cuenta  una historia tremenda, pero que revela a ese Dios que dice:

 Yo Soy el que Soy. (Ex 3:13-15)

Y El, además de Santo es Eterno, Poderoso, el Altísimo, el Omnipotente, Creador, Justo, Misericordioso y más allá de esta pequeña y humilde lista, Omnipresente: Su presencia lo llena todo. 
Hay muchas personas  que creen que Dios, en el Antiguo Testamento, es algo entre sanguinario y vengador, deseoso de aniquilar, aplastar al ser humano. . Pero piensa en esto: Cuando Jehová se presenta a Moisés, en la zarza que no se consumía ni quemaba, Dios le dice al patriarca que no se acerque, y que se quite las sandalias porque la tierra que pisa, santa es. (Éxodo 3:5)
No hallas a un dios deseoso de aniquilar su creación, sino un Dios que con delicadeza se revela en un fuego único de Su presencia y deseoso de enseñar a Moisés, quién es El, y por eso Él se acerca y le llama por su nombre. Él lo hace.
La Biblia dice que no hay quien busque a Dios, así que la iniciativa no surgió de Moisés, ni de Abraham ni del mas piadoso de los patriarcas de ese tiempo. Por tanto, si ellos no fueron, tampoco soy yo quien inicia la relación con el Padre.
 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 juan 4:9-10
Es Él, Dios, el Santo a quien de continuo fallamos, quien da el primer paso... Él nos amó primero. Por eso, Él es quien propone  nuestra restauración y salvación, al  enviar a su amado Hijo Unigénito, Cristo Jesús, al mundo. (Jn 3:16)
Y toda esta larga introducción, para regresar al punto de inicio: puede ser que estemos teniendo nuestro " tiempo con el Señor”... ¿pero nos presentamos a Dios, rogando la intercesión de Jesús, con REVERENCIA? ¿Con respeto? ¿Con asombro por lo que ha hecho? ¿Le honramos con nuestra vida? ¿Le damos en verdad, la gloria que le corresponde

"Oh Señor! ¿Quién no temerá y glorificará tu nombre? Pues sólo tú eres santo; porque TODAS LAS NACIONES VENDRAN Y ADORARAN EN TU PRESENCIA, pues tus justos juicios han sido revelados" Apocalipsis 15:4

Queridísima amiga y hermana, no nos tardemos. Si hay algo que corregir, el Espíritu Santo sabe qué y cómo, para que nuestra oración sea un acto en el que Dios se place y agrada, olor fragante a Él. Que nuestro corazón sea la de verdaderos adoradores, adorando  en espíritu y verdad.
Ruego al Señor que perdone las veces en que confundo la oportunidad de presentarme en Su presencia, con la ligereza de exigirle me cumpla lo que promete.
En mi limitada mente humana, no entiendo el completo de un ser Santo, Santo, Santo. Sólo puedo acudir a Cristo, al Santo Espíritu para que así como Jesús reverenciaba y honraba a su Padre, nos ayude a vivir amando al Señor, respetuosa, reverentemente, como dice el Salmo 2, v 11

"Adorad al SEÑOR con reverencia, y alegraos con temblor."

El Señor nos ayuda.

Claudia

No hay comentarios:

Publicar un comentario