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jueves, 29 de octubre de 2015

EN TODO LUGAR









Me dijo mi amiga: : eres una imperfecta siguiendo al Perfecto. No contestar  nada en ese momento, porque mi boca estaba llena de cacahuates garapiñados y lo único que se alcanzaba a escuchar era el ronroneo del motor y el ruido de mis manos buscando en el envase de plástico un cacahuatito más.
Quizá estamos acostumbradas o pensamos que encontrar a Dios es únicamente a través de experiencias de oración, contemplando la naturaleza quizá, en soledad con El.
Y así nos pasa muchas veces, gracias a Dios. Buscamos Su mano y Su dirección ahí en la soledad e intimidad, pero ese miércoles, el Señor usó a mi amiga conductara y me habló en carretera, a bordo de un convertible blanco, en un inesperado y veloz viaje fuera de la ciudad.

Una imperfecta siguiendo al Perfecto. Esa soy yo.

Una mujer en construcción, una cristiana en proceso que avanza día a día por la Gracia de Aquel que nos amó desde el principio de los tiempos. Pero a veces lo olvido, y quiero hacer todo, o casi todo por mí misma. Quiero resolver, mover, cambiar, servir, escribir desde mis absolutas fuerzas humanas, y eso sólo puede llevar a un resultado: cansancio.
Por eso no me has leído mucho ultimaménte. El verano que ya casi termina fue un tiempo de trabajo, de retos y también , para mí, de querer resolver todo en mis fuerzas
Y sabes, Dios es tan paciente conmigo, con nosotras, que a pesar de sus advertencias, nos permite andar en nuestros caminos, a pesar de que nos ha llamado a El.
Así que el resultado de mis voluntades se resume en mi mano derecha parcialmente entumida, adolorida, el cuello tieso y con espasmos y , sí, la absoluta convicción de que no soy más que un pequeñito granito de arena queriendo llenar el universo. ¿Gozo? Perdido, ahogado en tanta ocupación. ¿Oración? Ritualista, por cumplir, poco sincera.¿Escribir aquí? Doloroso.
No está lindo contarte esto, pero que mi aprendizaje y lección sea de utilidad para tí, y para honra y gloria de Dios.

"Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.” Deut. 30:19

¿Por qué elegimos mal? Si Dios Padre ha extendido sus planes de bendición ante nosotras.. ¿por qué escogemos erróneamente? ¿Qué hay en nuestro corazón que sutil o abiertamente, dice : espérame Señor, lo haré a mi manera?

"¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros?" Santiago 4:1

"El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca." Lucas 6:43-44

Mis malas decisiones, salen del orgullo. De mi corazón orgulloso que siempre tiende a adorarse a sí mismo, en lugar de rendirse a Jesús, y Su voluntad. Y créeme que no es un rollo de autoflagelación, porque sé que la Gracia de Cristo ya me ha sido dada. Nada más reflexiono en que lo débiles que nos volvemos cuando andamos con nuestros recursos e ideas y olvidamos al la tristeza de Jesús , su lamento cuando de El huímos:

"¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste!" Mateo 23:7

Pero Dios nos alcanza. Ahí en nuestra soberbia, nos pone a personas compasivas que con amor nos reprenden, pero nos animan. Que nos confrontan con la Palabra y nos animan a revisar nuestros actos. Amigas que en algún tiempo precisaron nuestro consejo, y hoy se levantan para exhortarnos en el amor de Dios, sobre nuestros actos como hijas de Dios, como mujeres cristianas.
¿Cómo respondo a esto ?

Salmos 141:5
Que el justo me hiera con bondad y me reprenda; es aceite sobre la cabeza; no lo rechace mi cabeza, pues todavía mi oración es contra las obras impías.

Proverbios 10:8
El sabio de corazón aceptará mandatos, mas el necio charlatán será derribado.

No pretendo ser sabia de corazón, pero sí aspiro a serlo algún día. Sé que el Señor no termina conmigo y que en su bondad, y misericordia, me conduce a situaciones donde mi corazón terco, es tratado para ser conformado más al del Perfecto, a Jesús. Sé que es Dios, Cristo, su Santo Espíritu quien me lleva a lugares inusuales para decirme que El es El ROI, el Dios que todo lo ve, el Dios que todo lo oye, el Dios que todo lo sabe y que está en todas partes..

En un convertible blanco, por ejemplo.

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