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lunes, 25 de mayo de 2015

LAS MANOS LARGAS DEL PECADO

La promoción suena más que interesante: 20 meses sin intereses. El artículo que siempre has deseado, ahora, al fin, a tu disposición.  Haces cálculos tan ligeros como errados,  y muy contenta  inicias un sistema de esclavitud, la deuda,  que al tercer mes, se va a hacer difícil, tortuoso. Los estados de cuenta llegan puntuales. Y el artículo que siempre deseaste  y que te metió en este lío, observa tu inquietud desde el rincón que ocupa apenas llegó a casa.
La tentación siempre llega con la invitación al pecado. Luce bien. Normal. Hasta inocente. Y esa es la manera en que el enemigo – recuerda que Dios NUNCA tienta- empieza a llamar a la puerta de nuestro corazón. A veces con golpecitos discretos, pero insistentes. Nuestra debilidad se ve atraída por eso que es mi deseo, mi antojo, mi sueño posible.  El pecado, siempre surge de la insatisfacción de nuestro corazón y por lo mismo, es que cuando pecamos, realmente no conocemos el alcance, el impacto, de lo que estamos decidiendo. Si supiéramos cómo afecta, a otras personas, cómo daña y devasta familias o personas…Por eso el título de este texto, los dedos largos del pecado.
 Las decisiones pecaminosas,  no lo dudes hermana querida, siempre nos alcanzarán. Tarde que temprano. Y no aparecerán en la vida con el rostro invitador, apetitoso al cual nos rendimos... Noup! Cuando lleguen las consecuencias, vendrán con el feo rostro de lo que es en realidad: una ofensa a Dios, el que es Santo, Santo, Santo.

“Contra ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio. Salmo 51:4

Y  el pecado, por más íntimo o privado que pienses que es, que nadie te vio que nadie supo, generalmente conlleva una ofensa a alguien más. A un prójimo, que puede ser algún desconocido de la calle, o bien, a una amistad, o peor, a alguien de tu familia.  Por eso cuando llegan las consecuencias, duelen tanto. Porque la ofensa la comete – o la cometemos- en contra de alguien cercano, íntimo... “Aun mi íntimo amigo en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, contra mí ha levantado su calcañar. Salmo 41:9
Son versículos que suenan como malas noticias. Como que ya no hay más remedio ante lo que hicimos...

Bendito y alabado sea el nombre de Jesús, que por Su sangre ha limpiado nuestro pecado y cuando le recibimos en nuestro corazón, nos arrepentimos sincera y profundamente de toda nuestra maldad anterior
“Para que así como el PECADO reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.”  Romanos 5:21
 Jesús es la reconciliación del hombre pecador, con el Dios Santo. Jesús es el Cordero que fue sacrificado para que tú y yo, y todos los que creen en Su nombre, fueran liberados del pecado.

Y ciertamente, el pecado ya no tiene poder sobre nosotras y hemos sido perdonadas,  libradas del juicio eterno y entregado a la vida con Jesús, libre.

1 Rey. 8:50 Y perdonarás a tu pueblo que había pecado contra ti, y todas sus infracciones con que se hayan rebelado contra ti, y harás que tengan de ellos misericordia los que los hubieren llevado cautivos"

"Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi PECADO. Salmo 32:5

Pero de las consecuencias del pecado, nadie nos libra.  Dios las usa como un profundo y doloroso método de enseñanza, y como tal, eficaz como Su palabra.  Gracias a Dios por su profunda misericordia y por su Espíritu Santo que nos dan esa convicción de haber pecado, de saber que sólo por Jesús somos perdonas y que en el juicio de Dios, abogado tenemos.

¿Pero qué se hace con esas consecuencias? ¿Cómo una hija de Dios debe vivir ese proceso? ¿Qué cuando las consecuencias del pecado de otros, me alcanzan a mi o alguien de mi familia?

Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón! Santiago 4:8 “

Más que nunca, estar cerca de Dios y de Jesús nuestro Salvador.  Orando, leyendo, alabando. En la intimidad de mi dolor, Él es Fiel. Si ha permitido que yo viva esto, es por una razón. Para que en medio de mi aflicción o prueba (consecuencia) Él sea glorificado.

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne , lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. “ Gálatas 2:20

“Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza”.  Romanos 15:4

Toda la Biblia anuncia Jesús. En la Biblia, en la palabra de Dios, hallaremos la paciencia necesaria para vivir el proceso, y el consuelo de saber que esta leve tribulación, es momentánea. Dios es eterno.
 
Deut 24:16 "Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado."
El Buen Padre que tenemos, es Justo. Por eso juzgará a cada quien en lo individual. Aún los hijos de los malvados, tienen oportunidad de salvación si se arrepienten y creen en Dios. Si te preocupa esta idea de “heredar” pecados a tu descendencia, el Señor oye tu clamor de liberación para ellos. ¡Benditas sean  sus promesas! Y si el pecado ha tenido manos largas en tu vida, !te garantizo que la mano del Poderoso , no se ha acortado!

Linda, Dios es bueno. Y Fiel.  Y nosotros no, pero aún así ha dicho que estará con nosotros en valle de sombra y muerte. Si lo dijo,  así será. No lo dudemos.  Lo que sea que el Señor provea a tu vida, aún las mismas consecuencias del pecado,  tiene el gran propósito de hacerte cada vez más parecida al precioso Jesús.

¡Bendiciones y que el gozo del Señor sea nuestra fuerza!

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